Ya lo dijo Hipócrates (460 a.C. – 370 a.C.), médico prestigioso de la Antigua Grecia: «Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento, tu medicina». La relación entre la alimentación, la nutrición y la salud física y mental es estrecha y, a su vez, delicada. Cada decisión dietética tiene unos efectos en nuestro cuerpo. Por eso, una de las vías que explora el mundo de la oncología es cómo puede ayudar nuestra nutrición a evitar el desarrollo de algún cáncer. O, en caso de haberlo desarrollado ya, cómo evitar que siga expandiéndose o que se mantenga controlado, en la medida de lo posible. En este artículo en concreto, exploraremos la nutrición oncológica: alimentos prohibidos para cáncer de mama, alimentos recomendados y recomendaciones generales para cuidar de tu salud en todo momento.
Antes que nada, tenemos que dejar en claro que ningún alimento o dieta tiene el poder de prevenir o causar cáncer de mama. Lo que sí queda demostrado por la ciencia es que las decisiones dietéticas juegan un papel esencial no solamente en el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, sino también del bienestar del paciente a lo largo de la enfermedad, el tratamiento y el post-tratamiento.
¿Qué es la nutrición oncológica?
Los pacientes oncológicos suelen ver cambios en su apetito y su sentido del gusto, ya sea por la misma enfermedad o por su tratamiento. Esta desgana por comer, en la gran mayoría de casos, causan desnutrición y pérdida de peso.
Así, la nutrición oncológica es aquella disciplina que cuida que el paciente reciba los nutrientes necesarios para que el organismo se mantenga fuerte, y funcione correctamente para sobrellevar el tratamiento y el post-tratamiento. No solamente se trata de cubrir sus necesidades nutricionales, sino también de encontrar la mejor forma de hacerlo: alimentar al paciente de la forma más cómoda y fácil posible.
Cáncer de mama y nutrición
La aparición del cáncer de mama puede deberse a muchos factores, muy diferentes: desde cualidades biológicas, hasta hábitos diarios que afectan negativamente la salud. Entre estos factores, podemos nombrar: el sexo, la edad, el desarrollo físico, tener antecedentes familiares de cáncer de mama, y tener una cierta condición genética, ya que algunos tipos de genes aumentan el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
Los avances médicos afortunadamente han logrado grandes mejoras en las técnicas para la detección temprana del cáncer de mamá. Gracias a ello, cada vez son más las mujeres que pueden tener un diagnóstico en los estados iniciales de la enfermedad, lo que mejora en gran medida el pronóstico de la misma. Aunque hemos llegado muy lejos, aún hay mucho más camino por recorrer: más investigación, más concienciación y más sensibilización.
Entre los tratamientos para el cáncer de mama más habituales están la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, la inmunoterapia y la hormonoterapia. Por otro lado, es importante señalar también que todas las mujeres que se han realizado tratamientos para combatir el cáncer de mama deben realizarse un control médico periódico para evitar cualquier riesgo de reincidir en la enfermedad, como también para mantener la mejor calidad de vida posible.
Entre las recomendaciones generales para evitar factores que puedan ocasionar un cáncer de mama, se aconseja realizar ejercicio físico, evitar el consumo de alcohol y de tabaco, y por sobre todo, llevar una dieta altamente nutritiva.
Investigadores médicos sugieren que los factores de la dieta pueden ser hasta un 40% responsables de los cánceres. Cabe señalar también que hay muchos alimentos que son considerados aliados para la prevención y el tratamiento del cáncer, y hay muchos otros que son enemigos de esta enfermedad. Es importante informarse correctamente sobre cuáles son estos alimentos, ya que hay mucha información que circula a través de internet que no está fundamentada. A continuación, vamos a profundizar en la dieta mediterránea, ya que otorga grandes beneficios a las personas que padecen esta enfermedad.
La dieta mediterránea para el cáncer de mama
La dieta mediterránea está relacionada de forma positiva con la prevención y el tratamiento del cáncer de mama (de nuevo, recordemos que ninguna dieta tiene el poder para prevenir o frenar al 100% la enfermedad). Es una dieta basada en frutas, verduras, aceite de oliva, huevos, lácteos, pescado, mariscos, frijoles, y frutos secos. Y muy puntualmente incluye carbohidratos refinados, carnes rojas y azúcares. En particular, las frutas y las verduras son ricas en carotenoides y flavonoides, que aportan grandes beneficios contra el cáncer. Ahora bien, para entender mejor los beneficios de esta dieta, a continuación, te presentamos una gran cantidad de opciones de tipos de alimentos que pueden tener un impacto altamente positivo para la salud:
- Fibra (los granos enteros, los cereales integrales, los frijoles y las leguminosas)
- Grasas saludables de origen vegetal (el aceite de oliva, el aceite de lino, los aguacates, las nueces y las semillas)
- Verduras (en especial el brócoli, la col rizada y la zanahoria)
- Alimentos con soja (el tofu, el miso, el edamame, el tempeh, la leche de soja y las nueces de soya)
- Frutas (en especial las bayas y los duraznos)
- Proteína de origen animal (los huevos, el pescado y las carnes blancas)
- Lácteos bajos en grasa
- Especias (la cúrcuma)
- Té verde
Los médicos indican que ante una dieta equilibrada de todos estos componentes llenos de nutrientes y compuestos que protegen del cáncer de mama, no hace falta consumir suplementos vitamínicos y de minerales. Por supuesto que hay excepciones y casos en los que son indicados debido a una deficiencia nutricional. Junto a esto, los médicos señalan la importancia de mantener un peso corporal saludable. Esto no es solamente beneficioso para el bienestar en general, sino en particular para prevenir el desarrollo o la recurrencia del cáncer de mama.
Alimentos que se deben evitar
Es importante analizar también en detalle a los alimentos que pueden aumentar el riesgo de diferentes tipos de cáncer. Entre los alimentos que pueden tener un efecto nocivo en el pronóstico del cáncer de mama, según diferentes investigaciones, podemos mencionar los siguientes:
Alcohol
Si bien la dieta mediterránea permite el consumo moderado de alcohol, en particular del vino, en los casos de cáncer de mama el alcohol está terminantemente prohibido, sobre todo para las mujeres que sobrevivieron a esta enfermedad. Está comprobado que el consumo de alcohol elevado puede incidir en el riesgo de contraer cáncer de mama. La razón es que el alcohol aumenta los niveles de estrógeno, y de esta manera, daña el ADN.
Azúcar agregado
Los azúcares se encuentran naturalmente en alimentos como la fruta y la leche, y se puede consumir de manera moderada. En cambio, el azúcar agregado o refinado, que no se encuentra de forma natural, es un alimento que puede aumentar el riesgo de contraer un cáncer. En los casos de ya existir tumores, el azúcar agregado puede contribuir a que las células malignas crezcan, se diseminen y hagan metástasis. Los dulces, las bebidas saborizadas y las gaseosas están compuestos por gran cantidad de este tipo de azúcar.
Grasas saturadas
Hay que evitar consumir grasas saturadas de origen animal, como la manteca, la grasa láctea, la piel de pollo, la piel de cerdo y los quesos. Las grasas trans, que están dentro de un gran número de alimentos procesados y pre elaborados, están relacionadas con un riesgo de cáncer de mama. Algunos de los alimentos con gran contenido de grasas saturadas son las galletas, los alimentos fritos y los alimentos ultraprocesados.
Sal
La sal, como también los alimentos ricos en sal, generan una pérdida de calcio a través de la orina. Esto produce un problema en los huesos, que ya suelen estar deteriorados en las mujeres que atraviesan la menopausia, como también en aquellas que atravesaron tratamientos con tamoxifeno e inhibidores de aromatasa. Para saborizar las comidas es preferible utilizar especias y aromáticas. La cúrcuma, por ejemplo, es una especie muy beneficiosa para prevenir el cáncer de mama. En los casos de alimentos en forma de encurtidos, como las aceitunas, es aconsejable pasarlos por agua para quitarles la mayor cantidad de sal posible. Algunos de los alimentos ricos en sal más conocidos son las pizzas, las salsas, las galletas, y los alimentos ultraprocesados, que además de sal, suelen tener gran cantidad de azúcar y grasas no saludables.
Carnes rojas
Las carnes rojas forman parte de aquellos alimentos prohibidos para el cáncer de mama, ya que están relacionados con un mayor riesgo de contraerlo. La carne de res y la carne del cerdo, en particular, pueden liberar gran cantidad de toxinas. A su vez, los embutidos y las carnes procesadas son dañinas y no están recomendadas para aquellas personas que padecen cáncer o que lo sobrevivieron. Para ingerir proteína, se puede optar por legumbres, pescados o huevos.
Pautas generales y recomendaciones
Como pudimos ver a lo largo de este artículo, debemos evitar los factores de riesgo que favorecen el cáncer de mama o que pueden producir recaídas en caso de haber superado la enfermedad, como el tabaco, el alcohol, el sedentarismo y la obesidad. A su vez, debemos evitar el consumo de aquellos elementos nocivos para la salud, considerados prohibidos para el cáncer de mama, y consumir aquellos alimentos que hemos visto, ricos en nutrientes y vitaminas que previenen la enfermedad. Siempre lo más aconsejable es que cada paciente hable con su médico o nutricionista para que este evalúe qué es lo mejor para su caso en particular.
Algo muy importante a tener en cuenta es que existen tres tipos de tumores en el cáncer de mama. De estos, el más frecuente es el que tiene un componente hormonal, que es tratado con tamoxifeno o inhibidores de aromatasa. Por esta razón, se debe prestar especial cuidado a no consumir alimentos que favorezcan la producción de hormonas. Además, todos los alimentos que favorecen la inflamación y la ganancia de peso deben ser eliminados, ya que el tejido graso puede producir estrógenos.
Cáncer y agua
A pesar de las pruebas y los filtros por los que pasa el agua del grifo, es inevitable que terminen escapándose todo tipo de componentes tóxicos para la salud: cloro, restos de medicamentos, bacterias, etc. Específicamente, consumir agua con pequeñas dosis de cloro en ella aumenta nuestras posibilidades de desarrollar cáncer en más de un 90%. Si te gustaría saber más sobre los efectos negativos en la salud de consumir habitualmente agua del grifo, te recomendamos la lectura de «¿Es malo beber agua del grifo?».
Y, en caso de estar viviendo o haber superado el cáncer, debemos hacer que nuestro cuerpo cuide de sí mismo de la forma más sencilla posible: dándole agua pura, limpia, natural. Así, no va a tener que esforzarse en estar constantemente combatiendo toxinas, y podré centrarse en su recuperación y en su cuidado.
Peñaclara en Rosa
Junto con la alimentación, el agua mineral natural es fundamental para garantizar la buena salud. En Peñaclara contamos con un Agua Mineral Natural libre de contaminación que emerge en ecosistemas cuidados, y mantiene todas sus propiedades intactas. El agua de Peñaclara surge de un pozo artesiano natural, que se produce cuando el agua subterránea, bajo presión, encuentra su camino hacia la superficie terrestre. El agua fluye de forma constante a través de rocas, sedimentos y cenizas volcánicas, respetando de esta manera el ritmo del ciclo del agua.
Nuestro vínculo con la sensibilización del cáncer de mama es estrecho. Desde hace años que en octubre nuestras botellas más populares se tiñen de rosa, en nuestra campaña solidaria Peñaclara en Rosa. Y por cada botella rosa vendida, hacemos una pequeña donación a l’AECC (Asociación Española contra el Cáncer) de La Rioja.
