Los usos del agua son muchos y diversos. Se trata de un bien transversal, presente en una infinidad de esferas. ¿Quieres saber cuáles son sus usos principales? Te explicamos los principales 4 usos del agua dependiendo de sus aplicaciones, y las 2 tipologías de uso que se valoran. También haremos hincapié en la importancia de que estos usos, sean cuales sean, sean responsables, conscientes y consecuentes. El agua es un recurso natural limitado que debemos cuidar, pero para cuidar algo, primero necesitamos conocerlo. Por eso, en este artículo, te contaremos más sobre cómo y para qué usamos el agua.
La presencia del agua en el día a día
Son infinitas las formas en las que la humanidad se beneficia del agua. A menudo, no somos realmente conscientes de la presencia e importancia del agua en nuestro día a día.
Tendemos a pensar exclusivamente en nuestra propia vida, y más específicamente en nuestra casa, donde la usamos diariamente para el lavado, la higiene, la cocina… Pero si salimos del hogar y el empleo doméstico, nos encontramos otros usos, no tan cercanos pero tan importantes o más, por ejemplo, en la agricultura, ganadería, energía, industria, etc.
Es por todo esto que, si buscamos calcular el agua que una persona emplea por día, debemos tener en claro que no se trata solo del agua que se emplea de forma personal. Tenemos que tomar en cuenta que nuestra huella hídrica (se define como el indicador medioambiental que considera el volumen de agua dulce que se necesita y se consume de forma habitual, el equivalente de la huella ecológica aplicada al agua dulce) incluye, por lo tanto, la cantidad de agua que bebemos, que usamos para la ducha o para cocinar, pero también el agua que se emplea para producir todos nuestros bienes, alimentos, etc. Allí podremos entender la importancia que tiene el agua en todo lo que constituye la vida.
Los principales usos del agua
Veamos más detalladamente cuáles son los principales usos que le damos y cuál es su impacto:
- Doméstico: este suele ser el uso que identificamos más rápidamente. Aquí encontraremos el consumo de agua realizado en el marco de nuestro hogar y a nivel personal. Estos usos incluyen el agua que bebemos y que utilizamos para preparar todos los alimentos que consumimos, bañarnos, lavar nuestra ropa y todo lo que utilizamos en la cocina. Aquí también está incluido el empleo que se hace para la higiene en general, como el lavado de dientes, manos, baño de mascotas y riego de jardín.
- Enérgetico: en la generación de energía, el agua se utiliza no sólo en las centrales hidroeléctricas, tanto de embalse como de agua fluyente, que serían las primeras que nos vienen a la cabeza, sino también es imprescindible como refrigeración en las centrales nucleares, (por eso se sitúan junto al mar o junto a grandes ríos). O también para generar vapor en las centrales de ciclo combinado. Así que podemos decir que el agua es clave para el desarrollo de cualquier infraestructura energética.
- Industrial: en el mundo de las industrias, hay dos usos que representan el 80% de la aplicación del agua: higiene y limpieza o de transmisión de calor o refrigeración.
- Agricultural: lo hemos dejado el último en nuestra relación, pero es el uso principal de agua dulce a nivel mundial. La agricultura consume un número cercano al 70% del agua que extraemos en el mundo. Es fundamental la evolución a un regadío moderno en el que afortunadamente en España somos pioneros. Igualmente, en el campo el agua es básica en las actividades ganaderas.
Usos consecutivos y no consecutivos
Otro modo de entender los distintos usos del agua es dividirlos en estos dos criterios que permiten agruparlos:
- Usos constitutivos: estos usos suponen que el agua no se consuma, y que sea devuelta al medio del que fue extraída (aunque no será devuelta exactamente al mismo lugar). Es lo que sucede con los usos energéticos, los recreativos, de navegación, ambientales o ecológicos y los higiénicos. Es curioso, pero un mismo litro de agua que llueva en el Sistema Ibérico riojano puede pasar perfectamente por varias centrales hidroeléctricas de agua fluyente, luego por otra de embalse. Y seguidamente entrar en una casa de una ciudad (como podría ser Logroño o Calahorra, ducharnos con ella. A partir de allí, fluir río abajo hasta llegar a otra ciudad. Llega a Zaragoza, luego otra ducha y seguir río abajo. Saltar por los pantanos de Ribaroja, Mequinenza, y regar un campo de arroz o un huerto de naranjos en el delta del Ebro. Y así sigue y sigue su camino. ¿Cuántas veces nos ha dado luz y limpieza para al final alimentar un cultivo ese litro de agua? ¿No es maravilloso?
- Usos no constitutivos: son aquellos que implican que, una vez usada el agua, esta no volverá al medio donde se la captó ni en la misma forma en la que se la extrajo. Básicamente, se trata de los usos agrícolas, y los industriales, en unos pasa al campo y en otros se transforma en vapor retornando al ciclo del agua.
Uso responsable del agua
El agua disponible en nuestro planeta puede parecer infinita, pero no lo es. Si ponemos en consideración que más del 97% del agua presente en la Tierra es salada y que, del agua dulce restante, dos tercios está en las capas de hielo, podemos concluir con que el tercio restante es escaso para cubrir el ritmo de consumo actual. Si a eso le sumamos que casi 800 millones de personas no poseen acceso al agua potable y muchas viven en estado de estrés hídrico, nos damos cuenta de que las estimaciones de los organismos internacionales que pronostican que en los próximos años el consumo de agua aumentará todavía más, no es muy difícil llegar a entender de que necesitamos repensar nuestros hábitos para hacer un consumo más responsable.
Consejos y hábitos para ser un uso consciente
- Una revisión periódica de las llaves de agua y cañerías para comprobar que no existan fugas es muy útil para no derrochar agua.
- Ser prudentes con el agua que empleamos en la cocina y en las duchas: algo tan sencillo como cerrar la fuente de agua cuando no es estrictamente necesario, puede marcar la diferencia.
- Confiar en el producto de empresas comprometidas con la sociedad y el medioambiente, como Peñaclara, cuyos procesos estén optimizados para usar los recursos estrictamente necesarios, y nada más.
El uso del agua más importante: la vida
Nunca está de más recordarlo: el agua es fuente de vida en todo el planeta. No solo es necesaria para la subsistencia de todas las especies, también es indispensable para su desarrollo. Debemos tener muy presentes que, tan fundamental como es para nosotros (a nivel personal, en nuestros hogares, en las industrias, etc.) no podemos sobreexplotar su ritmo, debemos respetar sus ciclos. Si te interesa este tema, recomendamos la lectura «El ciclo del agua: ¿cómo podemos preservarlo?», en el que hablamos de las fases del ciclo hidráulico
Un uso irresponsable de agua agudiza la problemática de un bien que ya de por sí es escaso, y pone en riesgo la salud de la fauna, la flora y la humanidad. Pero si algo sabemos es que tenemos margen de tiempo para ajustar nuestras decisiones al ritmo del agua. Cuidar de ella y sus fuentes naturales tiene que convertirse en prioridad porque, como ya sabemos, si se termina el agua no podremos seguir habitando en este planeta como lo conocemos. El agua es un recurso natural limitado y fundamental para la vida, por lo que es nuestra responsabilidad darle un uso responsable.