Durante el embarazo se producen decenas de cambios en el cuerpo de la mujer, desde la hinchazón de manos y pies hasta náuseas, todos ellos normales dado que el organismo se está adaptando para llevar dentro de sí una vida durante los meses que dura la gestación. Es necesario tener controlados los síntomas y observar si se desarrollan correctamente o si hay algún desequilibrio o síntoma extraño. Por eso es tan importante preguntar cualquier duda al ginecólogo o al profesional de la salud que lleve el proceso de embarazo. Ya que estamos, comenzaremos nosotros para romper el hielo: ¿la retención de líquidos en el embarazo es normal? Una pregunta tan básica como esta puede dar lugar a muchas duda: ¿estoy reteniendo demasiado líquido? ¿O muy poco?
Como ves, no existe ninguna pregunta sin sentido cuando el cuerpo está pasando por un proceso tan complejo y fascinante como el de crear otro ser humano. Por lo tanto, toda atención a la embarazada es poca y se le debe respetar y crear un espacio seguro para que se sienta lo suficientemente cómoda como para realizar las cuestiones necesarias.
En Peñaclara queremos poner nuestro granito de arena y crear esa área a la que puedan acudir sin miedo. Por ello, hoy vamos a tratar el tema de la retención de líquidos en el embarazo, explicando por qué ocurre este suceso y si es normal o no. ¡Vamos allá!
Sí, la retención de líquidos en el embarazo es real
Lamentamos comenzar el post con estas noticias, pero la retención de líquidos es un síntoma más que común en las mujeres embarazadas. Su cuerpo se tiene que adaptar para albergar a otro ser vivo dentro de él, por lo que es normal que su fisiología cambie y, con ella, aparezcan cambios y ‘molestias’. Los 3 grandes motivos de la aparición de estas retenciones son:
- El aumento de la presión abdominal. La sangre que circula desde los pies hasta el corazón, de por sí, ya lucha contra la gravedad, igual que de la cabeza al mismo órgano. La sangre necesita tener cierta presión para poder subir y volver a bajar, cosa de la que se encarga el corazón, creando fuerza de succión para que la sangre suba, mientras que los músculos de las piernas bombean la sangre hacia arriba cuando se contraen. Estas 2 fuerzas se necesitan mutuamente y batallan contra la gravedad siempre con éxito. Durante el embarazo, la presión del abdomen genera una ‘barrera’, dificultando todavía más la subida de la sangre.
- Los cambios hormonales. En el período de gestación se producen muchísimos cambios hormonales, entre ello el aumento de la retención de sodio, mineral que a genera una retención de agua extra.
- Mayor cantidad de líquido en el cuerpo. El aumento de líquido como consecuencia de la necesidad de tener más espacio en el organismo para albergar el futuro bebé hace que sea mucho más difícil para el cuerpo mover cualquier líquido desde las extremidades hasta el tórax. Esto se traduce en una retención de líquido que puede incluso observarse físicamente en los pies, en los tobillos y en los gemelos.
¿Qué hacer si existe retención de líquido en el embarazo?
El propio desarrollo del embarazo genera la retención de líquidos, por lo que suele ser bastante difícil librarse de este síntoma. Aunque cada persona puede desarrollarlo a un nivel, lo más normal es que en algún momento suceda. Por eso, te dejamos una serie de consejos que ayudarán a reducir la retención de líquidos y aliviar el dolor o molesta que puede llegar a producir:
- Dormir con las piernas levantadas. No quiere decir que tengan que estar completamente al aire, sino que basta con colocar un cojín o almohada en la zona de las piernas para levantarlas ligeramente. Este pequeño gesto favorece que el líquido vuelva al tórax, disminuyendo la retención de líquidos en la zona de las piernas y los pies, en los que puede ser molesto para caminar.
- Masajear las piernas. Esta práctica dará un empujón a los líquidos, a los que les será más fácil circular de forma habitual desde la parte más baja del cuerpo hasta el tórax.
- Utilizar medias de compresión. Puede parecer una contradicción, pero utilizar medias de compresión hace que los líquidos circulen mejor porque los panties se oponen a la fuerza que realizan los líquidos para ir de los vasos sanguíneos hasta el tejido de la pierna. Para las embarazadas siempre se recomienda (salvo excepciones) que utilicen medias que sujeten a la altura del muslo y escoger aquella que mejor le venga, ya que existen distintos niveles de fuerza (ligera, normal o fuerte). Se pueden comprar en cualquier farmacia y consultar con sus trabajadores cuál sería la mejor opción según las características personales y el estado de la mujer.
- Evitar excesos de sal. La sal de mesa corriente contiene sodio como parte de su composición. Aumentar los niveles de sodio en cualquier persona puede producir un aumento de la posibilidad de retención de líquidos, por lo que en mujeres embarazadas el riesgo es mucho mayor. En esta caso se recomienda crear una dieta baja en sal, no consumir productos efervescentes o gasificados (también contienen sodio) y controlar el consumo de alimentos pre-cocinados ayudará a paliar la retención de líquidos.
- Darse duchas frescas. El agua fría o fresca favorece la contracción de los vasos sanguíneos, haciendo que sea más difícil para los líquidos salir en la parte de los
- Practicar ejercicio apto para las embarazadas. Realizar alguna actividad física adecuada al estado en el que se encuentra la persona embarazada, haciendo que mueva los músculos, favorece la circulación de retorno de la sangre, reduciendo de esta forma la retención de líquido en las piernas.
- Adaptar la ropa. Cuando una mujer está embarazada tiene que adaptar la ropa para que se adapte y respete todos los cambios que se están produciendo en su cuerpo, incluida la retención de líquidos. Algunas de las recomendaciones son: zapatos que se adapten al cambio de tamaño de los pies y ropa amplia que no dificulte la circulación.
Estos pequeños cambios pueden favorecer muy positivamente la disminución de la retención de líquidos y hacer que la mujer esté mucho más cómoda y tranquila con lo que está sucediendo en su cuerpo. También ayudarán a reducir la presión que soportan las venas de las piernas, evitando la aparición o empeoramiento de varices.
Existen ciertos productos, como geles fríos, sprays y aceites de masaje que pueden aplicarse para masajear las zonas más propensas o en las que ya se están reteniendo líquidos. Como existen muchos medicamentos e ingredientes que las mujeres embarazadas no pueden consumir o incluso aplicarse, estas cremas suelen estar hechas a base de productos naturales que mejoran la circulación local, ayudando así sin afectar en nada al desarrollo del bebé. Lo mejor en estos casos es preguntar a tu médico y consultar en la farmacia si un producto es apto para una mujer embarazada o cuál es el más adecuado para un caso concreto.
¿Cuándo ir al médico por retención de líquidos?
La retención de líquidos en el embarazo es normal hasta cierto punto, por lo que en ocasiones puede ser indicativo de algún problema de salud. El médico podrá dar una respuesta adecuada y será el encargado de controlar que la retención de líquidos está dentro de los parámetros normales propios del embarazo, aunque pueden existir casos en los que será necesario ir un poco más allá y acudir al médico o a urgencias de inmediato:
- Retención asimétrica (hinchazón de una sola pierna o una más que otra).
- Retención repentina en manos, brazos o cara.
- Dolor de cabeza intenso.
- Presión arterial alta (más de 140/90).
- Problemas de visión.
- Vómitos.
Cuando la retención de líquidos ocurre de forma irregular o viene acompañada de otros síntomas podríamos estar ante problemas de salud como una preeclampsia o una trombosis venosa profunda. Sin embargo, queremos dar una nota de posibilidad y tranquilizar a las futuras mamás diciendo que estos casos son muy poco frecuentes, por lo que un control periódico y acudir al médico en cuanto se observe algo extraño son las mejores formas de prevenir cualquier problema futuro.
Consejos para aliviar la retención de líquidos
Como la retención de líquidos es un proceso fisiológico producto del embarazo, suele ser complicado solucionarlo, ya que lo más seguro es que no desaparezca hasta que se dé a luz. Lo único que podemos ofrecer son algunos consejos para aliviar el problema y llevar mejor el día a día. Es necesario recordar que los síntomas no desaparecerán hasta varios días después del parto, por lo que te recomendamos que sigas practicando estos hábitos incluso algunas semanas después:
- Intenta controlar el aumento de peso. Ganar peso puede empeorar los síntomas de la retención de líquidos. Lo mejor es llevar una dieta variada y sana. Nosotros recomendamos la mediterránea.
- Hacer ejercicio. Caminar durante 1 hora diaria, paseando y a un ritmo tranquilo, ayuda a bombear la sangre desde las piernas hacia el corazón y mejorar la circulación. Recordamos evitar salir durante las horas de más calor.
- No permanecer mucho tiempo de pie y, si no hay más remedio, utilizar medias elásticas de compresión (que hemos comentado arriba). Si, por el contrario, la persona tiene que estar muchas horas sentada, es recomendable levantarse un poco y pasear, haciendo incluso ejercicios circulatorios con los pies y no mantener las piernas cruzadas.
- Beber mucha agua. Este gesto, beneficioso a cualquier edad y en cualquier estado, ayudará al riñón a trabajar mejor y eliminar líquido.
- Consumir (bajo control médico) alimentos con acción diurética, que pueden ayudar a eliminar parte del líquido retenido de forma natural.
Ahora que ya sabemos que la retención de líquidos en el embarazo es casi inevitable, ¿qué podemos hacer desde Peñaclara para paliar los síntomas? Lamentablemente, menos de los que nos gustaría hacer, ya que el proceso del embarazo es complejo y una montaña rusa de emociones con las que la mujer tiene que lidiar. Por ello, queremos ofrecerle la mejor agua posible para que su riñón trabaje mejor y elimine un poco más de líquido de lo normal.
El agua mineral natural de Peñaclara es un agua de origen subterráneo, protegida de todo tipo de contaminación y con una composición constante en minerales que le confieren propiedades favorables para la salud. Si quieres saber más sobre este líquido tan preciado o quieres comprar alguna botella, puedes entrar en nuestra tienda o ponerte en contacto con nuestro equipo. Estaremos encantados de poder ayudarte en lo que necesites o resolver las dudas que tengas. Hasta entonces… ¡a beber mucha agua!