¿Te preguntas cuáles son los beneficios del agua con limón y miel? Estos ingredientes, que tienen aportes extraordinarios para nuestro cuerpo, son uno de los remedios naturales y caseros que más se utilizan a diario. Si quieres saber por qué esta combinación tiene la capacidad de fortalecer las defensas y aportar un plus de energía, entonces te interesará seguir leyendo este artículo. Toma nota de las siguientes claves para mantenerte fuerte y sano durante todo el año.
Lo hemos escuchado decir desde pequeños, y a lo largo de nuestra vida: tomar un vaso de agua con limón y miel nos hace bien. Esta preparación suele ser un remedio típico tradicional, pero también se recomienda por muchos profesionales de la salud. ¿Es verdaderamente beneficioso? Si es así, ¿por qué? Hoy analizaremos todos los aspectos en los que sumar este hábito a tu rutina puede aportarle ventajas a tu organismo.
Las propiedades del limón y la miel
Las vitaminas y antioxidantes que nos proveen el limón y la miel al combinarse no sólo tienen la capacidad de fortalecer nuestro sistema de defensas sino también la de energizarnos y, por eso, es posible que recurramos a ellas desde que tenemos memoria. Sus aplicaciones en la salud por sus múltiples propiedades son muy frecuentes, por ejemplo, en el tratamiento de afecciones de las vías respiratorias. Pero tienen además muchas otras aplicaciones gracias a sus diversas propiedades individuales. Veamos qué pueden aportarnos, por separado, el limón y la miel:
- Limón: Conocido por su gran cantidad de vitamina C, también posee mucha vitamina B y es rico en antioxidantes, minerales, potasio, calcio, magnesio, hierro y fósforo. También contiene sodio y flúor. Entre otros beneficios, todas estas propiedades del limón favorecen la digestión, la prevención de la anemia, la protección del hígado, la reducción del colesterol, y la metabolización de la grasa corporal.
- Miel: No solo es rica en minerales (calcio, hierro, cobre, magnesio, manganeso, zinc, potasio y fósforo), también presenta vitaminas del grupo B, C, D y E. En la miel también encontramos antioxidantes y aminoácidos, como lo son el ácido cítrico el acético. Es una fuente de proteína y tiene un gran poder hidratante y antiinflamatorio (por eso, ayuda a calmar la tos y el dolor de garganta, así como para tratar heridas y quemaduras).
5 beneficios de tomar agua con limón y miel
Es bueno si buscas bajar de peso
Un vaso de agua tibia con limón al comenzar el día acompañado con una cucharadita de miel puede ayudarte a descomponer las células de grasa acumulada. Entonces, si bien no conseguirá que la grasa desaparezca por completo, si acompañas este hábito con una dieta que cuide tu alimentación y haces ejercicio, puedes acompañar el proceso y te será más sencillo mantener la línea. Si te interesa la relación entre el agua y el peso, te recomendamos la lectura del artículo «¿Beber agua adelgaza? Mitos y verdades».
Además, por su alto contenido de antioxidantes sumado al hecho de que sus azúcares sean de asimilación sencilla y a sus beneficios para el funcionamiento hepático, el agua con limón y miel es un excelente compañero a la hora de buscar perder de peso.
Mejora el sistema inmunitario
Como hemos comentado anteriormente, este remedio casero está repleto de vitaminas, antioxidantes, minerales y nutrientes que alimentan nuestras defensas. Si bien beber agua con limón no es el único indicador de que nuestro sistema inmune será infalible y evitaremos la totalidad de gripes, resfriados o infecciones, sí es cierto que lograremos que las respuestas de nuestro cuerpo ante estos eventos sean mucho más fuertes, y que las enfermedades duren menos y podamos curarnos con mayor facilidad.
Un sistema inmune fuerte puede enfrentarse a virus y bacterias más fácilmente. Es por es que el agua con limón y miel es un complemento que es utilizado habitualmente por personas que han estado enfermas y buscan recuperarse. La acción antioxidante del limón y la miel ayuda a las defensas para reponerse.
Acompaña la salud del colon
En el colon acumulamos muchas toxinas, bacterias nocivas y levaduras que, en algunos casos, terminan convirtiéndose en posibles enfermedades. El colon sano y el hígado fuerte son sinónimo de buena salud. Al favorecer nuestras defensas, el agua con limón y miel hace frente a esas bacterias que se acumulan en la flora intestinal frenando su avance hacia otros órganos del cuerpo. Al tener nuestro colon menor carga tóxica, estará más desinflamado y limpio.
Menor dolor articular
Para quienes padecen artritis o sufren de rigidez u otras molestias, un vaso de agua con limón y miel puede serles de gran ayuda. Gracias a la incorporación de estos ingredientes podremos aportar a la desinflamación. Las características depurativas del limón, además, son capaces de elevar defensas, como mencionamos anteriormente, y la miel es un agente antiinflamatorio con gran poder antibiótico que funciona muy bien en casos de reuma y de artritis.
Ayuda a cuidar el tracto digestivo
Si padeces estreñimiento o tus digestiones suelen ser pesadas, ten en cuenta que un vaso de agua con limón y miel a primera hora de la mañana te ayudará a regular la situación. Al combatir la acidez del estómago, puedes hacer que los alimentos se descompongan mejor para que la absorción de nutrientes sea óptima y se alivien los síntomas de inflamación intestinal.
Ingredientes de calidad
Cuando llega el tiempo de elegir cómo consumir el agua tibia con limón, es importante ser consciente de la calidad de los ingredientes. Dentro de las posibilidades, elegir cítricos orgánicos o con certificación es todavía mejor y lo mismo sucede con la miel. Especialmente en el caso de la miel, es importante que el producto se obtenga mediante prácticas responsables con el medioambiente y con las abejas. Muchas veces en el mercado encontramos productos con etiquetado engañoso y por eso es crucial leer con nuestros propios ojos las etiquetas y así sacarnos todas las dudas.
En términos de agua, no nos cansamos de repetirlo: el agua mineral natural es la bebida que mejor acompaña la hidratación. ¿Por qué? Por sus características particulares, un agua como la de Peñaclara, de origen subterráneo, protegida de todo tipo de contaminación y con una composición constante en minerales, le confieren propiedades favorables para la salud.
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