Llega el frío, los cambios de tiempo, sobre todo de otoño a invierno, suelen provocar la aparición de tos, mocos o incluso fiebre, pero es complicado saber a qué se deben para tratar el problema correctamente. ¿A qué se debe? ¿Tengo gripe o un resfriado? ¿Qué diferencia hay entre gripe y resfriado? El clima frío suele alterar las condiciones de la circulación sanguínea en las membranas mucosas, lo que facilita la entrada de virus en el organismo.
Por eso en invierno solemos estar mucho más atentos a si pasamos frío, si estamos demasiado tiempo al aire libre, sin abrigo, etc. Sin embargo, lo más normal, por mucho empeño y cuidados que pongamos, es que caigamos enfermos. No habiendo más remedio, lo mejor es conocer la diferencia entre gripe y resfriado para poder recurrir al medicamento adecuado. Hoy veremos qué es cada afección y te daremos algunos consejos caseros. ¡Vamos allá!
El resfriado
Comencemos definiendo uno de ellos, el resfriado común. Este suele afectar principalmente a la nariz y a la garganta. Es prácticamente inofensivo pese a los síntomas que suele producirnos, ya que son muy llamativos y suelen parecer graves y peligrosos. Esta enfermedad la ocasionan pequeños microorganismos conocidos como virus.
Aunque parezca extraño o poco habitual, la realidad es que los adultos suelen experimentar 2-3 episodios de resfriado al año, recuperándose en un lapso de 7 a 10 días. Sin embargo, los síntomas pueden persistir más tiempo en individuos cuyo estado de salud o sistema inmunológico es más débil, como en personas fumadoras, por ejemplo. No suele requerirse tratamiento médico para un resfriado común; se ‘va solo’, como tanto suele decirse, pero sí se recomienda consultar a un profesional de la salud si los síntomas no mejoran o empeoran.
En la mayoría de casos, los síntomas del resfriado común se manifiestan entre 1 y 3 días tras la exposición al virus. Estos pueden variar dependiendo de la persona, pero suelen incluir los siguientes:
- Congestión o goteo nasal.
- Dolor o irritación de garganta
- Tos.
- Estornudos.
- Malestar general.
- Dolor corporal o de cabeza leve.
- Fiebre leve
La mucosidad que proviene de la nariz suele comenzar siendo transparente y, con el paso del tiempo, puede volverse más densa y adquirir un tono más amarillo o verde. Sabemos que es un tema poco agradable, pero es necesario saberlo para entender que este cambio es completamente normal, una respuesta común del cuerpo. En la mayoría de los casos no indica necesariamente una infección bacteriana, por lo que podemos quedarnos tranquilos si vemos esta evolución.
La gripe
La gripe es una enfermedad aguda y muy contagiosa, causada por un virus que afecta a las vías respiratorias superiores. Puede presentarse de forma esporádica, estacional o epidémica, llegando incluso a convertirse en un problema de salud a nivel pandémico. La presencia de la gripe en el organismo puede aumentar el riesgo de padecer otras infecciones e incluso derivar en complicaciones graves como neumonía o bronquitis.
Esta enfermedad se propaga a través de micro gotas que las personas con el virus en su organismo liberan al toser o estornudar. El virus puede permanecer en el aire durante 4-6 horas y comienza afectando a las vías respiratorias. Los síntomas suelen aparecer en un período de entre 18 a 72 horas tras la infección. Un rasgo distintivo del virus de la gripe es su variabilidad genética, lo que lo hace difícil de combatir: cambia constantemente, por lo que los anticuerpos que ya se habían creado para prevenir y luchar contra la enfermedad no la reconocen. El cuerpo tiene entonces que volver a comenzar el proceso, momento que el virus aprovecha para asentarse en él y hacernos enfermar.
Como hemos comentado en el caso del resfriado común, el estado de salud actual y el historial médico del paciente marcarán una diferencia en el desarrollo de la enfermedad. Los pacientes de alto riesgo, como aquellos que padecen asma, diabetes o insuficiencia cardíaca, tendrán más probabilidades de que la gripe derive en algo más grave. Los síntomas de la gripe suelen ser:
- Fiebre por encima de 38 °C.
- Dolor de cabeza.
- Dolor de garganta.
- Dolores musculares.
- Fatiga.
- Tos seca (ocasional).
- Ojos llorosos (ocasional).
- Congestión y secreción nasal.
Parecidos y diferencias entre la gripe y el resfriado
Ahora que sabemos lo que son cada enfermedad puede que sepamos identificarlas más rápidamente por sus síntomas, pero vemos más detenidamente las diferencias entre gripe y resfriado:
Ambas enfermedades las causa un virus, pero de diferente tipo: la ‘culpa’ de la gripe generalmente suele tenerla el virus de la influenza, principalmente el tipo H1N1. Sin embargo, la gripe tiene la particularidad de modificar sus cepas con el tiempo, lo que provoca que los síntomas varíen en función de estas modificaciones. Los virus responsables de los resfriados, por su parte, suelen ser el rinovirus y el coronavirus, y es más común padecer resfriados en varias ocasiones a lo largo del año que gripes.
Pero, si quieres saber la principal distinción entre ambas enfermedades, hay que observar la intensidad de los síntomas. A diferencia de los resfriados, la gripe suele ser mucho más intensa y debilita más al organismo, es más fuerte por así decirlo. Puede causar fiebre alta durante 3 días o más. Además, la gripe se manifiesta de forma abrupta y sus síntomas pueden perdurar durante 1/2 semanas, mientras que los resfriados tienden a aparecer gradualmente y son de menor duración.
El problema es que ambas afecciones tienen síntomas comunes: congestión nasal, estornudos, secreción nasal, tos, dolor de garganta y de cabeza, así como pérdida de apetito. Lo que hay que tener en cuenta son aquellos exclusivos de una enfermedad: los resfriados rara vez provocan fiebre, y si lo hacen suele ser de baja intensidad y acompañada de malestar general y cansancio. En la gripe la fiebre es moderada o alta y los síntomas van más allá, ocasionando dolores musculares de intensidad moderada.
En el caso de la gripe, la mejor forma de vencerla y prevenirla de forma eficaz es la vacunación, aunque es importante señalar que los virus de la gripe experimentan cambios frecuentes. Por lo tanto, la vacuna se suele ajustar anualmente para garantizar la máxima efectividad. Es crucial tener en cuenta que la vacunación de un año no protege para el año siguiente. Nuestro organismo desarrollará la protección que la hará generar la vacuna alrededor de 2 semanas después de recibir el pinchazo y puede durar hasta un año, de ahí que sea necesario vacunarse anualmente. En cuanto al resfriado común, la prevención puede ser un poco más compleja debido a la naturaleza impredecible de nuestro estilo de vida actual.
Consejos prácticos que pueden ser útiles una vez te has contagiado
- Llevar una higiene escrupulosa.
- Cubrirse la nariz con un pañuelo al estornudar para evitar diseminar las gotas contagiosas.
- Guardar reposo si nos sentimos sin fuerzas.
- Evitar aglomeraciones, ambientes cargados.
- No fumar.
- Beber abundantes líquidos (sobre todo agua) para fluidificar las secreciones y combatir la deshidratación si hay fiebre.
- Dormir con la cabeza o el torso elevado para aliviar la congestión nasal.
- Realizar gárgaras con un poco de sal y bicarbonato disueltos en agua tibia.
- Lavarse las fosas nasales con suero fisiológico.
- Vacunarse contra la gripe en el mes de noviembre tras hablar con el médico.
- Utilizar los analgésicos habituales.
- No automedicarse.
Más vale prevenir que curar
Y por eso, además de cuidados que podemos ofrecer a nuestro cuerpo mientras ya ha sido ‘herido’ y está recuperándose, también podemos ayudarle a esta sano y fuerte para combatir cualquier problema que le llegue. Por eso queremos darte una serie de ayudas extra y consejos para que tu organismo pueda ocuparse con un plus tanto de la gripe como del resfriado:
- Mantén una dieta variada y adopta hábitos de vida saludables para fortalecer tu sistema inmunológico y prevenir infecciones virales.
- Asegúrate de mantenerte hidratado para que tus mucosas estén en buen estado.
- Lávate las manos con regularidad (son una de las principales vías de contagio).
- Evita el contacto físico muy cercano con personas enfermas.
- No compartas objetos personales de higiene, como toallas o pañuelos, ni utensilios.
- Utiliza pañuelos desechables.
- Si perteneces a un grupo de riesgo (personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, mayores de 60-65 años, mujeres embarazadas o personas con inmunidad comprometida), considera la vacunación anual contra la gripe para prevenir complicaciones graves.
Es importante destacar que la gripe puede ser más grave que el resfriado y puede dar lugar a complicaciones, como la neumonía. Por lo tanto, se le debe prestar especial atención, tanto si formamos parte de algún grupo de riesgo como si no.
Las autoridades sanitarias recomiendan la vacunación anual para estos grupos, ya que el virus de la gripe cambia cada año y la vacuna se adapta a las cepas más recientes. Sea como fuere, siempre será esencial consultar a un médico en caso de sospecha de alguna enfermedad en lugar de recurrir a la automedicación, que puede tener consecuencias negativas para la salud.
Lo que sí puedes hacer es elegir lo que comes y lo que bebes. Como hemos comentado, tomar agua puede ayudarnos a hacer nuestro sistema inmunológico más fuerte e incluso hacer que expulsemos el moco una vez enfermos más rápidamente. Por ello es fundamental escoger bien este líquido de la vida. El agua de Peñaclara se caracteriza por su pureza original, ya que llega a nosotros tal y como se encuentra en la naturaleza.
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