Agua Mineral durante el embarazo

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¿Por qué necesitamos Agua Mineral durante el embarazo?

Antes de ponernos a explicar la importancia del agua mineral durante el embarazo, es necesario explicar brevemente todos los beneficios que el agua tiene para la vida. Como ya todos sabréis, nuestro cuerpo está hecho en un alto porcentaje de agua; en concreto en un 60%. Todos nuestros órganos requieren del agua, incluso los huesos, siendo así de rígidos, están formados en un 28% de agua. Entonces, ¿qué pasa cuando estamos formando una nueva vida? 

Como ya mencionamos en la entrada anterior: el agua es vida, y sin ella sería imposible existir. Cuando los cuerpos de las mujeres hacen el titánico esfuerzo de crear y albergar en su vientre durante 40 semanas una nueva vida. De ahí, surgen muchas, muchas dudas: ¿Cómo afecta esto al consumo de agua?, ¿se tiene que doblar la ingesta de agua, o mantenerla igual?, ¿qué mineralización es la más adecuada? En esta entrada de blog daremos respuesta a todas estas preguntas, ¿empezamos?

 

Agua Mineral durante el embarazo

 

Agua Mineral durante el embarazo

Durante el embarazo, la mujer experimenta todo un conjunto de cambios fisiológicos. Por ejemplo, se comienza a producir prolactina, segregamos más estrógenos y hormonas gonadotropina (provocando así náuseas y vómitos), empezamos a tener digestiones más pesadas y la barriga cada vez aumenta más, entre muchos otros.

Es por todos estos cambios que la abundante hidratación durante el embarazo es esencial para que todo el proceso progrese adecuadamente. Sobre todo es esencial para evitar la deshidratación de la madre y para que el cerebro del bebé se desarrolle sin complicaciones, ya que la placenta y el feto en sí son en su total 85% agua. También es de suma importancia para evitar la retención de líquidos, algo muy común durante el embarazo y, por encima de todo, para evitar que en el parto no haya ninguna complicación.

Por ello, es necesario aumentar la ingesta de agua durante el embarazo, recomendando llegar a los 1,9 litros por día durante el primer trimestre, aumentándolos progresivamente a 2 litros por día durante el segundo y tercer trimestres. Así, evitamos llegar a una deshidratación que perjudicará tanto a la madre, creándole mucha fatiga, así como al bebé. 

Un consejo a seguir es vigilar el color de la orina. Este, cuanto más intenso sea, más falta de hidratación le faltará, y contrariamente, un color claro será síntoma de una buena hidratación.

 

El tercer trimestre del embarazo

Aunque cualquier agua de mineralización es suficiente para hidratarse correctamente durante el embarazo, es muy recomendable a la llegada del tercer trimestre introducir el agua bicarbonatada. Este tipo de agua puede ayudar a la mala digestión que se lleva a cabo. Adicionalmente, también es muy interesante introducir el agua con sulfato a nuestro día a día, aunque esta no puede substituir el agua mineral durante el embarazo. Así como es necesaria la ingesta de más agua mineral durante el embarazo, es necesario aumentar la ingesta de minerales, tales como el calcio o el magnesio.

 

La lactancia después del embarazo

Durante la lactancia es igual de importante una buena hidratación por parte de la madre debido a que el 90% de la leche que segregan es agua. Por lo tanto, será muy importante ingerir calcio y cualquier tipo de agua de mineralización débil. Por ello, lo idóneo durante la lactancia sería una ingesta de 2,3 litros de agua mineral al día. 

 

El bebé durante la lactancia

La leche materna siempre será la mejor opción para el bebé durante los primeros meses puesto que está compuesto por un 70% de agua. Al igual que la madre, deberá tener una ingesta de minerales y, por lo tanto, que ingiera un AMN adecuada y con gran contenido de estos. No obstante, es importante tener en cuenta que la lactancia durante los primeros 12 meses cubre perfectamente la ingesta de AMN necesaria para el bebé.

El agua, desde la lactancia hacia adelante, debería ser la bebida fundamental de los niños, aproximadamente unos 600-700 ml al día durante el primer año y, a partir de la adolescencia, 2,5 litros al día.

Es importante tener en cuenta que, pese a que el bebé no se vea afectado por la baja ingesta de agua por parte de la madre, ella sí que puede tener serios problemas relacionados con orinas más concentradas. Estas le pueden llegar a producir piedras en el riñón, así como diversas infecciones o incluso el estreñimiento. Es por ello que es obligatoria una buena hidratación para aliviar e incluso evitar estas situaciones.

Agua Mineral durante el embarazo

 

Adversidades en relación al bebé y su hidratación

Es necesario prestar mucha atención cuando el bebé tiene fiebre o problemas digestivos, ya que en estos momentos necesitarán una ingesta de agua más elevada a la normal y, generalmente, no la piden activamente. También hay que protegerlos del calor sobre todo durante el verano, ya que se requerirá de más hidratación.

No obstante, a partir del año, el bebé se compone de un 60% de agua y, por lo tanto, el riesgo de deshidratación disminuye considerablemente. 

En cuanto a la madre, es muy importante que en el caso de vómitos diarios y náuseas se tenga todavía más en cuenta la hidratación, ya que es posible que se esté perdiendo una gran cantidad de líquido en el cuerpo. Por ello, es fundamental beber agua mineral de manera progresiva y a pequeños tragos, para evitar que aumenten estos malestares.

 

Resumen

Ahora que ya te hemos explicado todos los beneficios del agua mineral durante el embarazo, podemos afirmar que el agua es fundamental para nuestra salud y para la de nuestros bebés. Una buena hidratación se verá reflejada en el desarrollo del embarazo, así como durante la lactancia. También será vital una ingesta de una agua mineral rica en minerales. El Agua Mineral Natural de Peñaclara se preocupa por tu bienestar y salud de y los de tu bebé. Tenemos un agua rica en minerales y 100% pura, para que puedas pasar por la etapa de la maternidad de la mejor manera posible: bien hidratada, evitando malestares y cuidando de tu bebé tanto en el proceso del embarazo como durante la etapa de la lactancia.

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