Solemos escuchar que para tener una buena salud física es importante beber una buena cantidad de agua al día. ¿Pero alguna vez has asociado el bienestar mental a la ingesta de agua? Nuestra vida puede estar repleta de obligaciones y estímulos y no es para nada inusual experimentar épocas de ansiedad y estrés que, de una manera u otra, nos obligan a hacer una pausa y ocuparnos de nuestra salud mental. En este artículo te contaremos qué rol cumple el agua en este proceso y cómo puede ayudarte a gestionar el estrés.
Tiempos estresantes
En los últimos tiempos, el estrés está en la boca de todos. La pandemia tuvo un impacto muy fuerte en la salud mental de muchos individuos y ahora estamos hablando del los resultados negativos a nivel emocional que ha dejado esta difícil etapa. Los confinamientos, las distancias tanto físicas como emocionales, el miedo a perder del empleo, el temor por el contagio y la pérdida de tantos familiares y amigos… La lista de situaciones que nos impactaron y que lo siguen haciendo es muy larga. La revista científica Psychiatry Research llevó a cabo una investigación sobre la COVID-19 en la que los expertos, que efectuaron un meta-análisis con datos de más de cincuenta estudios internacionales, hallaron que el trastorno por estrés postraumático, la ansiedad y la depresión fueron más frecuentes en comparación con lo que habitualmente reporta la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según un informe realizado por la Confederación Salud Mental de España, a nivel población general se ha observado un claro aumento en los niveles de ansiedad y estrés. Según encuestas, alrededor de un tercio de las personas adultas reporta niveles de angustia. En España, el 46% de la población manifestó un aumento del malestar psicológico durante el confinamiento y un 44% señala que ha disminuido su optimismo y confianza.
Frente a estos datos, resulta urgente atender nuestra salud mental y, de la mano de tratamientos terapéuticos de ser necesario, implementar acciones diarias que apunten a mejorar como nos sentimos, gestionar el estrés y enfrentamos nuestro día a día.
¿A qué llamamos estrés?
El estrés es una reacción física natural. Se trata de una respuesta de nuestro cuerpo y mente a cualquier estímulo externo o interno que amenace nuestro equilibrio físico y fisiológico.
Podemos diferenciar dos tipos de estrés de acuerdo a qué los provoca:
- Agudo: Ante una situación puntual. Este estrés producirá también efectos puntuales.
- Crónico: Ante situaciones estresantes persistentes en el tiempo.
¿Qué produce el estrés?
Los síntomas de ansiedad y estrés más comunes son, entre otros, dolor de cabeza, tensión muscular, malestar en el pecho, fatiga e insomnio. Todos estos síntomas afectan de manera directa cómo nos sentimos y comportamos y, de no ser atendidos a tiempo, pueden derivar en problemas de salud mental y física, más graves.
Otro de los efectos del estrés puede ser la sensación de boca seca. El estrés provoca que nuestro corazón lata más rápido y la respiración se intensifique. Esto genera que nuestro cuerpo necesite más agua. Y, al mismo tiempo, hace que olvidemos las necesidades de nuestro cuerpo. Cuando estamos estresados, olvidamos beber agua y, en consecuencia, aumentamos el estado de tensión. En este sentido, beber agua es una herramienta muy eficiente para calmar ese estado de intranquilidad. Con la deshidratación, aumenta la circulación de la hormona del estrés, el cortisol, activando procesos fisiológicos que se suceden cuando el cuerpo está en situaciones de peligro o inquietud.
¿Cuál es rol del agua a la hora de gestionar el estrés?
La ingesta adecuada de agua puede llegar a suavizar los efectos negativos de la ansiedad y puede ser clave a la hora de gestionar el estrés. Una buena hidratación puede ayudar a controlar los nervios. Pero debemos entender que no es suficiente con beber agua una vez al día o únicamente en los momentos en los que nos sentimos sobrepasados por una situación estresante. Lo que debemos hacer (y lo que recomienda la OMS) es consumir agua durante todo el día, con un mínimo de 2 litros diarios, para mantener la cantidad de líquido en el cuerpo.
Efectos positivos de una buena hidratación
- Reduce la ansiedad y alivia la fatiga: El cuerpo utiliza el agua para eliminar toxinas. Con menos agua, el corazón tiene que trabajar más para bombear sangre oxigenada a las células. ¿El resultado? Sensación de fatiga. A su vez, beber agua a sorbos de manera contínua evitará esa sensación de sequedad en la boca de la que hablamos y nos ayudará a regular la ansiedad.
- Evita las migrañas y los dolores de cabeza: Beber agua resulta vital cuando queremos prevenir o quitar migrañas. La deshidratación tiene una relación directa con los niveles de vasoconstricción, lo que quiere decir que la falta de líquido alterará el normal flujo sanguíneo y provocará dolores de cabeza.
- Mejora la digestión: Como aumenta la tasa de metabolismo, ayuda a prevenir el estreñimiento y malestar, y a descomponer los alimentos para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes de forma adecuada.
- Regula la temperatura del cuerpo: Al ayudar a liberar el calor del cuerpo, lo que nos hace sentir más enérgicos y mantiene los músculos y articulaciones lubricados. Esto también impacta directamente en nuestra productividad.
- Somos más positivos al sentirnos mejor: Cuando bebemos una cantidad sostenida de agua al día, nos aseguramos de mantener un buen estado anímico que nos permitirá transitar el día con una actitud más proactiva. Si, en cambio, a lo largo de la jornada experimentamos sed o deshidratación, es muy normal que sintamos que cuesta el doble realizar las tareas típicas y que eso nos genere malestar.
En resumen, beber AMN no será la solución mágica a una situación estresante, pero de una forma sencilla y humilde, ayudará a nuestro cuerpo a prevenir los problemas derivados y suavizar sus consecuencias.
Elige agua mineral natural Peñaclara
Nuestra agua mineral natural llega a vosotros tal y como surge de la naturaleza. Es un producto con efectos saludables que ayudan al buen funcionamiento de nuestro organismo. Si lo pensamos desde la perspectiva de la salud, elegir un agua que contenga propiedades que sean beneficiosas para la salud no solo tendrá un impacto positivo para eliminar el estrés sino que también nos aportará muchísimas propiedades minerales.
Las AMN como la de Peñaclara, que nace del Manantial de Peñaclara está libre de contaminación. Al emerger en ecosistemas cuidados, sus propiedades se mantienen intactas. Al fluir el agua a través de rocas, cenizas volcánicas o sedimentos, sus características no se modifican. A su vez, el origen subterráneo las protege de la contaminación. El agua mineral natural (AMN) tiene muchísimas propiedades y beneficios que le hacen muy bien a tu cuerpo a la hora de gestionar el estrés. Elige el formato que mejor se adapte a tu rutina para hidratarte de forma constante y sacar provecho de sus ventajas a fondo.
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