En los últimos años, se ha popularizado un concepto que nace en Japón hace más de sesenta años: el agua hidrogenada. Aunque en Europa aún está poco extendido, el discurso alrededor del agua hidrogenada alega que el agua enriquecida con un extra de hidrógeno tiene la capacidad de penetrar en las células y reducir, de alguna forma, su inflamación. En consecuencia, reduce la probabilidad de desarrollar enfermedades y de que estas se agraven, entre otros supuestos beneficios. ¿Es esto real? ¿Qué dice la comunidad científica al respecto? A lo largo de este artículo desmenuzaremos el agua hidrogenada, mediante los argumentos de profesionales, científicos y estudios.
Antes de adentrarnos en los aspectos del agua hidrogenada, desde Peñaclara recomendamos acudir a un profesional de la salud frente a cualquier dolencia o enfermedad. Serán él quien podrá proveer un tratamiento personalizado y adecuado a la situación individual. El agua juega un papel fundamental en nuestras vidas y nuestra salud, y esta debe ser complementaria de un proceso de curación proporcionado por médicos especializados, con el seguimiento pertinente.
¿Qué es el agua hidrogenada?
El agua hidrogenada es aquella agua que está artificialmente enriquecida con hidrógeno molecular. Al juntar la molécula del agua, H2O, con hidrógeno, se crea un enlace iónico. Y la teorización detrás de este tipo de agua es que este gas disuelto posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que benefician al cuerpo.
Existen diferentes metodologías para obtener un agua enriquecida en hidrógeno, pero la más común es efectuar una electrólisis de agua de baja mineralización. El proceso es sencillo: mediante el uso de corriente eléctrica, el agua se descompone en los gases que lo componen oxígeno e hidrógeno y este último mezcla nuevamente con el agua. Este proceso requiere de un dispositivo externo, cuyo precio no baja de los cien euros, y que en la mayoría de los casos alcanza las centenas, e incluso supera los miles de euros.
¿Dónde se origina el agua hidrogenada?
El agua hidrogenada nace en Japón en el año 1960, y no fue aprobada para su consumo hasta seis años más tarde, en 1966. La argumentativa que la acompañaba, y que sigue empleándose a día de hoy, es que este tipo de agua es eficaz para tratar cuadros en el sistema digestivo como la diarrea crónica, fermentación gastrointestinal e indigestión.
Aunque su popularización entre la población japonesa fue bastante rápida, han pasado décadas y décadas hasta llegar a occidente. Concretamente, Estados Unidos ha sido el país occidental donde más divulgación ha tenido. La región de Europa le sigue de cerca, pero su presencia es aún relativa.
Propiedades del agua hidrogenada
¿Qué plantean quienes sostienen que la solución a distintos problemas de salud digestiva puede ser simplemente beber agua hidrogenada? Como hemos mencionado brevemente con anterioridad, esta nueva corriente teoriza que el hidrógeno tiene la capacidad de penetrar en las células para reducir la inflamación, siendo esta su propiedad más importante. A su vez, también sostienen que puede actuar contra los radicales libres (un tipo de molécula de naturaleza inestable y reactivos) que son dañinos, estimular el sistema antioxidante natural del organismo, e incluso aumentar el rendimiento y combatir el envejecimiento prematuro.
Sobre papel, al agua hidrogenada parecen atribuirle beneficios y propiedades prácticamente mágicas. Así que, ¿cuál es la veracidad de estas teorías? ¿Hasta qué punto existen estudios que apoyen el agua hidrogenada?
¿Qué opina la comunidad científica?
La realidad es que no hay consenso científico respecto a los beneficios del agua hidrogenada, sea cual sea la enfermedad o dolencia en cuestión. Y, además, la mayoría de la comunidad científica no avala los diferentes estudios que se han hecho al respecto (que, aún y ser muchos, se consideran de insuficiente validez y/o calidad académica).
Es decir, no hay una base sólida de conocimientos que respalde que el hidrógeno tiene los efectos positivos explicados. Muchos científicos, como José Miguel Mulet, incluso son escépticos respecto al proceso por el que se generaría el agua hidrogenada, puesto que el hidrógeno es sabidamente poco soluble en agua. Eso hace que el proceso de electrólisis no garantiza que este no se evapore. No solamente eso, sino que llegan a cuestionar la absorción del hidrógeno añadido, si este llegara a unirse a la molécula de agua, ya que no queda claro cómo llegaría a las células.
La principal empresa que aboga la moda del agua hidrogenada es Molecular Hydrogen Foundation. Esta menciona que, para valorar las propiedades terapéuticas del hidrógeno (que no el agua hidrogenada) se han realizado alrededor de 500 artículos con base científica, con unas 150 enfermedades humanas. Aparte de que estos estudios raramente estudian la relación entre el hidrógeno y el agua, y muchos menos el potencial del agua hidrogenada, ¿qué otra observación comparte Mulet? La amplia mayoría de todos los estudios se aplican en temas sumamente específicos, concretos y excepcionales, que no permiten sacar conclusiones definitivas ni extrapolaciones válidas.
Agua Mineral Natural vs Agua hidrogenada
A continuación exponemos las 3 diferencias fundamentales entre el AMN y el agua hidrogenada que, desde nuestro punto de vista, ponen en perspectiva la calidad y la preferencia del Agua Mineral Natural frente a este tipo de agua externa y artificialmente modificada.
Mientras que el agua hidrogenada se vende como una solución curativa y despierta controversia entre los distintos miembros de la comunidad científica, siendo para unos un futuro posible para traer alivio a diversas dolencias que aquejan a la humanidad y para otros tan solo un invento del marketing, el Agua Mineral Natural cuenta con el consenso de la comunidad científica en su totalidad.
No existe ninguna duda de los beneficios para la salud que aporta el agua mineral, sobre todo si esta es de origen natural, que implica que la consumimos exactamente como se encontraba en la naturaleza, pudiendo incorporar a nuestro organismo todas las características que esta tiene. Veamos en detalle alguno de sus beneficios más relevantes:
Naturalmente buena
El Agua Mineral Natural es naturalmente buena, ya que su origen siempre es subterráneo. Y es que las propiedades mineromedicinales del AMN, como el magnesio, el calcio o el potasio, son minerales probadamente beneficiosas para la salud humana. Esta composición, además, se mantiene constante en el tiempo. Hay una regulación y una normativa legal, unos protocolos y medidas higiénicas muy concretas en cuanto al AMN se trata, para asegurar esta bondad natural.
Pureza
Desde su origen hasta al consumidor, los procesos que intervienen son escasos y mínimamente intrusivos, para asegurar que la calidad se mantiene a la perfección hasta llegar a vuestras manos. La extracción, el embotellado, el transporte… La pureza queda intacta.
Apoyo de la comunidad científica
Por parte del mundo científico, hay un consenso a nivel mundial acerca los beneficios del consumo del Agua Mineral Natural. Desde elementos puramente físicos como el transporte de nutrientes, la regulación de la temperatura corporal o la hidratación de los órganos, hasta aquellos mentales, como serían el cansancio, el estrés o la ansiedad. El AMN juega un papel vital en nuestro día a día para el bienestar en todos los sentidos posibles.
Agua Mineral Natural Peñaclara: agua naturalmente buena
Como mencionamos anteriormente, frente a las muchas controversias que presenta el agua hidrogenada, el Agua Mineral Natural se posiciona históricamente como una opción decididamente saludable. Peñaclara es el AMN de La Rioja, de origen subterráneo. Cuenta con una probada composición mineral que aporta numerosos beneficios a la salud. Por ejemplo, Peñaclara se recomienda por ginecólogos y pediatras por tener una mineralización ideal para estas etapas de la vida, entre muchísimas otras.
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