Volvemos a esa época del año de sudor, altas temperaturas y, cómo no, alguna que otra ola de calor. Y es que muchas veces es complicado gestionar un calor intenso con el día a día del trabajo e incluso de las vacaciones.
Pese a que sabemos algunos de los trucos para hacer que una ola de calor sea un poco menos pesada, nunca viene mal repasarlos y recordar que está en juego nuestra salud, por lo que no se trata solamente de ponernos crema solar y buscar la sombra. Veamos cómo actuar y qué podemos esperar de los momentos más sofocantes del verano.
¿En qué consiste una ola de calor?
La desinformación hace que en muchas ocasiones los términos y sus significados se mezclen, así que lo primero que toca hacer es explicar exactamente en qué consiste este fenómeno. Una ola de calor es un período prolongado de tiempo (días o semanas) en el que las temperaturas son significativamente más altas de lo habitual para una determinada región y época del año.
Estas temperaturas extremas pueden ir acompañadas de mucha humedad, por lo que se incrementa la sensación de calor, o pueden ocurrir en condiciones de baja humedad, agravando una posible sequía. El fenómeno se produce cuando una masa de aire caliente queda atrapada en una región debido a un sistema de alta presión atmosférica que actúa como una cúpula, bloqueando la salida del aire caliente. De esta forma es imposible que el aire caliente se disipe y entre aire más frío, lo que provoca un aumento sostenido de las temperaturas.
Por si fuese poco, los seres humanos no hemos ayudado mucho a reducirlas, pues el cambio climático ha contribuido a la aparición de olas de calor más intensas y frecuentes, ya que el aumento de las temperaturas globales crea unas condiciones perfectas para su formación.
Grupos de riesgo ante una ola de calor
Las temperaturas tan elevadas que acompañan a una ola de calor son peligrosas para todo el mundo, de ahí que siempre se recomiende beber mucha agua y evitar horas puntas de calor como consejos iniciales. El caso es que esta situación climatológica puede resultar especialmente peligrosa para los lactantes, los niños pequeños, las mujeres embarazadas y las personas de edad avanzada, que son particularmente vulnerables al estrés térmico.
En los bebés y niños pequeños, el calor excesivo es todavía más peligroso que en los adultos, ya que tienen mayor dificultad para regular su temperatura corporal. Esto los hace más propensos a la deshidratación, que puede ser grave e incluso mortal, por lo que dependen de los adultos para mantenerse protegidos.
Las mujeres embarazadas también enfrentan un mayor riesgo. El calor extremo y la deshidratación pueden aumentar las probabilidades de que el bebé nazca con bajo peso o casos más graves. Además, el calor puede tener efectos negativos en la salud de la embarazada, como desencadenar un parto prematuro o contribuir al desarrollo de diabetes gestacional e hipertensión.
Efectos de las altas temperaturas y de la ola de calor
Para enfrentar una ola de calor lo primero que debemos saber es cómo nos afecta este tiempo. El calor extremo no solo influye en la comodidad o en la condición al salir de casa, sino que también puede tener serias consecuencias físicas y emocionales:
Consecuencias físicas
Uno de los riesgos más comunes para la salud es el golpe de calor o shock térmico. Ocurre cuando la temperatura corporal supera los 40 grados, el cuerpo se deshidrata y no puede disipar el exceso de calor. Si no se trata rápidamente puede desencadenar consecuencias muy graves. Las altas temperaturas también tienen otro factor de riesgo físico, y es el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Consecuencias psicológicas de una ola de calor
Por eso, cuando nos enfadamos mucho o nos damos cuenta de que puede que nuestra reacción haya sido excesiva, es mejor relajarse y descansar bebiendo un poco de agua fresca mientras estamos a la sombra o con aire acondicionado.
Trucos para pasar mejor la ola de calor
Ahora ya entendemos cómo se da una ola de calor y los síntomas en nuestro cuerpo y en nuestra mente. Es necesario dejar claro que, en cuanto notemos que padecemos un síntoma que no desaparece o que se agrava, acudamos a urgencias inmediatamente. Hasta ese momento debemos cuidarnos y protegernos del calor extremo, también en casa.
Que no estemos bajo el sol no significa que no podemos padecer un golpe de calor, así que si ha llegado ese temido momento en tu zona en el que acaba de instalarse una ola de calor, te dejamos una serie de ideas/consejos que puedes aplicar para refrescar la casa:
Ventilación cruzada
Cuando notes que hay brisa, aprovecha para generar corrientes de aire, también llamadas ventilación cruzada. Puedes conseguirlo abriendo las ventanas de salida del aire y entornando ligeramente las de entrada. Así, la velocidad de salida del caliente será mayor que la de entrada del fresco. Si las ventanas están enfrentadas o en diagonal, la corriente será aún más efectiva.
Cerrar de día y airear de noche
Para evitar que el calor del día se filtre dentro de la casa, mantén las ventanas y persianas prácticamente cerradas, dejando la estancia a oscuras. Así reducirás la temperatura interior hasta 6 grados, dependiendo de la orientación de la vivienda. Por la noche podrás abrir las ventanas sin problema y dejar que el aire fresco circule.
Hielo delante del ventilador
Un truco de toda la vida para refrescar el aire en una habitación es colocar un cuenco con agua y cubitos de hielo delante del ventilador, a unos 20 o 30 centímetros de distancia. Generará humedad en el ambiente y el aire del aparato ayudará a dispersar el frescor del hielo. Eso sí, tendrás que estar atento a cambiar el cuenco.
Ventilador en modo verano
Puede parecer algo obvio, pero en muchas ocasiones se nos olvida poner el ventilador de techo en ‘modo verano’, es decir, haciendo que las aspas giren en sentido contrario a las agujas del reloj para maximizar la frescura. Si tienes que comprar uno para este verano, asegúrate de que las aspas estén ligeramente arqueadas porque son más efectivas que las aspas planas.
Vaporizador de agua fría
Basta tener un vaporizador a mano cargado con agua fría (mientras no lo uses lo puedes dejar en la nevera) para pulverizar un poco la habitación cuando sientas que se ha recalentado. Te recomendamos que pruebes este truco, sobre todo antes de dormir.
Cama fría
Un truco efectivo para refrescar la cama es utilizar una bolsa de agua caliente, pero llena de agua muy fría. Ves poniéndola en diferentes partes de la cama antes de dormir para enfriar el colchón. Para una sensación de mayor frescor siempre será mejor usar en verano sábanas de algodón 100%.
Muñecas bajo agua fría
Si notas que estás teniendo más calor del habitual por la ola de calor, pon tus muñecas en agua fría durante 10 segundos para bajar tu temperatura corporal. Si no también puedes humedecer la zona de la nuca con una toalla húmeda durante unos segundos para sentir mayor frescor y no encender el aire acondicionado.
Duchas cortas y templadas
Estamos seguros de que cuando hace mucho calor lo que más apetece es ducharse de vez en cuando para bajar la temperatura corporal con agua muy fría. El caso es que puede no ser tan efectivo como parece, ya que provoca una activación muscular que eleva la temperatura corporal. Así, en realidad, lo único que pasará es que sientas calor al poco tiempo de ducharte. Por eso siempre se recomiendan las duchas templadas, ya que ayudan a mantener una temperatura corporal equilibrada.
Vegetación húmeda
Las plantas de follaje denso que requieren riego frecuente no solo purifican el aire, sino que también añaden frescura al ambiente. Tener plantas alrededor te ayudará a hacer el ambiente más fresco, sobre todo después de regarlas.
Habitaciones cerradas
Si además de cerrar las ventanas de día bajas, las persianas durante las horas de máxima exposición solar y las abres cuando el sol se haya ido, estarás ventilado y refrescando la casa al mismo tiempo.
Tejidos ligeros y claros
Es de conocimiento popular que en verano se tienen que usar sí o sí colores claros para la ropa, pero también puedes optar por cambiar las sábanas o las cortinas a tonos más blancos. Así evitarás que la radiación solar se acumule y te ayudará a mantener el ambiente fresco. Asegúrate de que tu ropa de cama también está hecha de materiales transpirables para mayor comodidad.
Usa tapaderas para cocinar
Cocinar en verano a veces puede convertir la cocina (y toda la casa) en un auténtico infierno, por lo que es útil usar tapaderas para reducir la cantidad de calor que se dispersa en la cocina. Cierra la puerta de la cocina para evitar que el calor se extienda a otras áreas y si vas a freír enciende el extractor de humos.
Luz LED
Sustituye las bombillas incandescentes por bombillas LED porque, además de que consumen un 90% menos de energía, generan mucho menos calor. Como emiten una luz fría no solo son más eficientes, sino que también mantienen la temperatura de la habitación más baja. Aunque las bombillas LED pueden acumular algo de calor en ciertas partes, su impacto en la temperatura ambiente es significativamente menor.
Bebe agua
En Peñaclara nunca nos olvidamos de lo más importante: beber agua. No te dejes engañar por estar en casa, ya que en verano necesitamos hidratarnos más que en otras estaciones aunque no nos movamos. Sin embargo, al igual que acordarse de beber, también es importante escoger el tipo de agua que consumiremos. Solamente podemos hablar por la nuestra, pero podemos decir que es un agua de origen subterráneo, protegida de todo tipo de contaminación y con una composición constante en minerales que le confieren propiedades favorables para la salud.
Sus oligoelementos, su idónea concentración y su interacción con el metabolismo humano son los que han conferido al agua sus diferentes propiedades terapéuticas. Nada mejor para pasar la ola de calor que una buena agua y un salón fresco, así que si quieres saber cómo puedes conseguirla o si quieres convertirte en distribuidor solamente tienes que ponerte en contacto con nuestro equipo, que te ayudará en todo lo que necesites.